Seguro que en muchas ocasiones, nos hemos planteado qué hacer con las gafas de sol. Se han convertido en un objeto tan común en nuestro día a día que nos olvidamos muchas veces de que las llevamos puestas.
Pero, tanto a la hora de elegir un modelo como de llevarlas en determinado acto, existen muchos mitos que a continuación vamos a derribar. ¿Me acompañáis?
– Las gafas de sol son solo para el verano (Falso). Aunque el sol luzca con más fuerza en los meses de calor, los rayos ultravioleta afectan a nuestra piel y nuestros ojos durante todo el año. Por eso, las gafas de sol son un elemento imprescindible en nuestros looks no solo urbanos, también cuando practicamos deporte al aire libre.
– Las gafas oscuras protegen más de sol (Falso). Un cristal muy oscuro no necesariamente protege nuestros ojos al máximo. Cuando vayamos a comprar unas gafas de sol, más que fijarnos en el color del cristal, debemos ver la calidad del filtro solar. Es más, existen modelos de cristales prácticamente transparentes con un sistema de protección muy bueno. Y otro mito: las polarizadas mejoran la visión pero no tienen por qué proteger más de los rayos ultravioleta.
– Si me molesta el sol mientras hablo con alguien, puedo llevar las gafas de sol (Falso). Es de mala educación hablar con una persona y que ésta no pueda ver nuestros ojos. En muchas ocasiones, hemos hablado en Qué es un Personal Shopper de la comunicación no verbal. Pues bien, la mirada es un elemento fundamental de la comunicación. Llevar puestas una gafas de sol mientras mantenemos una conversación trasmite a nuestro interlocutor que estamos ocultando algo. Lo mismo ocurre cuando nos presentan. En ese momento, nos quitaremos las gafas para establecer comunicación visual con la otra persona.
– Si la boda es en exterior, de día, puedo llevar gafas de sol (Falso). Cuando se es mujer, el protocolo marca justo lo contrario, es decir, no se pueden llevar gafas de sol a una boda, ni siquiera cuando se celebra en el exterior. En el caso de los hombres, con traje y corbata, el protocolo es más dudoso y puede permitir el uso de gafas de sol siempre y cuando vayan acordes con el acto y no sean demasiado casual.
Ok, me quito las gafas de sol pero ¿qué hago con ellas? Las guardamos en su estuche, en el bolso o en un bolsillo. Prohibido ponérselas a modo de diadema, jugar con ellas ni morder la patilla.
