¿Compartimos la ropa madre e hijas? Yo creo que pocas cosas trasmiten más complicidad que intercambiar prendas con nuestra madre o con nuestras hijas.
Y es un fenómeno curioso porque, ahora es tendencia vestir a las niñas pequeñas igual que a sus madres. ¿Convertimos a las niñas en adultas con este vestuario? ¿O son las niñas las que quieren parecerse a sus madres? Cuando era pequeña, recuerdo tener auténtica fascinación por los tacones y las sombras de ojos de mi madre.
Cuando las niñas crecen (o crecemos), y entramos en la peligrosa etapa de la adolescencia, intentamos diferenciarnos lo máximo posible de nuestros padres. Todo lo adulto nos parece aburrido y antiguo. Es un proceso difícil pero necesario para encontrar nuestra propia identidad.
Pero, de repente, cuando entramos en la etapa adulta, es como si los estilos convergieran. Los cuerpos tienden a parecerse y, por tanto, es más sencillo compartir talla.
Desde el punto de vista de imagen, no siempre es adecuado compartir el armario, ya que cada edad tiene sus prendas. No podemos vestir a veinteañeras como mujeres de 60 años, ni viceversa.
Pero sí es cierto que cada vez la moda tiende a ser más atemporal. Resulta sencilla combinar y de adaptar a cada edad (que no copiar).
Y no seré yo quién esté en contra de ese gesto tan personal de intercambiar camisetas, pantalones o vestidos.
¿Qué opináis? ¿Intercambiáis ropa con vuestras hijas o vuestras madres?